- Parte Latinoamericana de la gira Maiden England 2013
- La fecha del evento fue el 17 de septiembre de 2013 en el Foro Sol
- SLAYER y GHOST fueron invitados especiales
Dicen que los recuerdos son lo más preciado que se puede tener, pues bueno, este concierto se convirtió para mí y para muchos más en uno de esos preciados recuerdos, gracias a tres bandas de rock que en fila nos entregaron enormes actuaciones y muchos momentos para atesorar.
La preocupación durante las horas anteriores al concierto era la tormenta que se estaba formando en los alrededores del Foro Sol, gran parte de la gente que llegaba al foro lo hacía preparada para la lluvia, con botas, gorros e impermeables, poco a poco se acercaban las nubes pero ni la tormenta ni los relámpagos detuvieron esta celebración.
Poco antes del inicio (programado a las 18:30) la lluvia se hizo presente, durante más o menos 20 minutos cayó con la mayor intensidad de la tarde, en esos momentos y en esas condiciones tuvo que salir Ghost al escenario.
Ghost.
Al escuchar la música de introducción algunas personas que se habían replegado a las orillas para resguardarse de la lluvia comenzaron a tomar un lugar más cerca al escenario, en las gradas la única zona libre de lluvia era la techada, ahí se resguardaron todos los que tenían boleto en esa parte, en General B la gente se mojó más pero no parecía importarles.
Después del largo y genial Intro salió al escenario junto con todos sus Ghouls el Papa Emeritus II y con atuendo incompleto saludó a la audiencia. A decir verdad pensaba que Emeritus ni siquiera iba a hablar con el público, pero un “Hola México” en español fue lo primero que dijo el Papa y con eso rompió cualquier barrera que un disfraz pueda interponer, se ganó al público y estableció el tipo de interacción que habría durante el resto de su compacta presentación.
Ante la actitud de la banda la respuesta del público fue inmejorable, “Hay muy poco tiempo para conocernos, pero lo haremos de la mejor manera posible” dijó Emeritus en alguna oportunidad.
Hay muy pocas bandas que tocan mejor en vivo de como suenan en estudio, muy pocos vocalistas que también hacen lo propio y Emeritus II NO es uno de ellos, lo hace, digamos diferente y sin embargo no tardas en acostumbrarte a su forma de cantar en vivo, más que nada debido a que su conducción, porte y actitud de frontman son completamente congruentes con esa forma de cantar, todo un combo.
El set:
Masked Ball
Infestissumam
Per Aspera ad Inferi
Con Clavi Con Dio
Stand by Him
Year Zero
Ritual
Monstrance Clock
Ghost lo estaba haciendo todo bien, Emeritus II siguió hablando con el público e incluso nos contó sobre su incidente del mitre robado y hasta nos eximió de toda culpabilidad y sus Ghouls ejecutaron todo completamente a la altura.
No tenía muchas expectativas puestas en este show, estuve (como muchos) completamente enamorado de su primer disco pero para el segundo ya no tanto (disco que no deja de tener sus buenas canciones) eso mismo hizo que desviara un poco la atención de ellos, pero aquí, un muy buen diseñado show, la grandiosa actitud de Emeritus II y el buen set de canciones me dejaron bastante contento, quizá la única queja fue por momentos el sonido pero eso posiblemente haya sido culpa de la lluvia, el show transcurrió y finalizó en medio del climax y el mejor ambiente posible con Monstrance Clock!, singing, all together, together as a one.
Emiritus II agradeció todo el apoyo a pesar de la lluvia (y del mitre robado) y prometió regresar pronto a México.
SLAYER
Después de la revelación que fue Ghost era momento para el show de uno de los cuatro grandes del thrash mundial, Slayer hace mucho tiempo que en sus shows viene dando una sola cosa y nada más: Agresividad, este día sin embargo dieron un pequeño giro, el show entero fue un homenaje al fallecido fundador de Slayer y leyenda del Metal: Jeff Hanneman.
De inicio Slayer era acompañado por una enorme manta gris con el logotipo y después de un par de canciones se destapó una manta que permanecería durante todo el concierto, HANNEMAN.
Cómo ya lo sabrán Holt ha quedado de manera definitiva como el remplazo de Hanneman después de su fallecimiento apenas en mayo de este año.
Recordar también la salida de Lombardo cuya vacante detrás de la batería ha sido cubierta por Paul Bostaph hasta el momento.
Durante la presentación de Slayer la lluvia arreciaba por momentos y por momentos se iba, pero para fortuna de todos se mantuvo en todo momento lejos de esa intensidad con la que cayó durante el inicio de Ghost.
Iniciaron su concierto con World Painted Blood, una de las canciones más violentas del último disco, luego Disciple y War Emsemble fueron los dos enormes pasos con los que SLAYER se plantó en el Foro Sol como un gigante
.
Slayer siempre se trata de mostrar agallas y brutalidad, dejando un poco de lado la interacción con el público su objetivo es transmitir esa agresividad de sus canciones del escenario hacia la audiencia para volverla toda loca. Araya siempre es un tanto limitado en lo que dice cuando no está cantando, en contraste Holt por momentos parecía poseído al igual que Kerry pero definitivamente en donde estaba la locura era ahí abajo, con el público, especialmente esa parte del público más joven.
Por supuesto que no ha sido el concierto más loco de Slayer en su historia, ni siquiera el más brutal que les he visto pero los tipos en las primeras filas sí que se embrutecieron bajo la lluvia.
SET:
World Painted Blood Disciple War Ensemble Mandatory Suicide Hallowed Point Dead Skin Mask Hate Worldwide Seasons in the Abyss South of Heaven Raining Blood Angel of Death
El set fue impresionante, una gran selección clásicos tal y como debe de ser, por supuesto Rainning Blood y Angel Of Death fueron las que mejor asimiló el público y por lo tanto por las que más desorden creó. En resumen Slayer dio esa noche una presentación tan sólida como una roca, un concierto áspero y directo y un setlist muy Hanneman, algo que quizá está de más decir ya que en la historia de esta banda cualquier concierto es, ha sido y seguirá siendo HANNEMAN. Grande Slayer.
IRON MAIDEN.
El terreno ahora era perfecto, la lluvia desapareció cuando terminaba de tocar Slayer, el ambiente dejado por ellos era buenísimo y la gente aún llegaba a un Foro que estaba a nada de llenarse por completo.
Cualquiera que haya ido a este concierto por Maiden (apuesto hay alguno por ahí que dice que no) seguro que tenía las expectativas elevadas, seguro fue con la esperanza de experimentar (como lo dije el año pasado) en carne propia el VHS de Maiden England, seguro que fue a buscar a ese Maiden en su época dorada y seguro que, como lo verán al final de mi reseña, obtuvo justo lo que quería.
Durante el intermedio podía percibirse la emoción incrementarse y mientras las canciones de fondo avanzaban lo hacían también las cervezas, todos sabíamos que Doctor Doctor sonaría tarde o temprano pero la emoción nos desesperaba.
Y por fin llego el doctor, sonó esa grandiosa canción de UFO, algunos la corearon y otros precavidos comenzaron a buscar el mejor lugar para vivir la experiencia Maiden, yo sí la coreé, giré hacia al escenario y le di un trago a mi cerveza, justo cuando las luces se apagaron y comenzó un intro más en un concierto de Iron Maiden más, un increíble intro lleno de hielo y glaciares, lagos y nubes.
…
Seven deadly sins
Seven ways to win
Seven holy paths to hell
And your trip begins
Seven downward slopes
Seven bloodied hopes
Seven are your burning fires,
Seven your desires
…
*Sintetizadores*
*bajo*
*guitarras*
*batería*
*estalla el escenario*
*estalla la gente*
MOONCHILD fue la apertura más certera y agresiva que pudieron elegir para esta gira, simplemente no pudo haber sido ser de otra forma, un inicio diferente a este es imposible incluso en los más raros universos paralelos, completamente imposible y en la realidad completamente explosivo. Ya entrada la canción podías apreciar (más o menos) el escenario con un poco de calma, era un escenario que originalmente diseñado para arenas había sido adaptado para estadios en esta parte de la gira y que por lo mismo lucía un poco estirado.
Pero eso no importó.
Al igual que cualquier banda que se precie de grande, la canción número dos y número tres de su concierto deben ser un gancho al hígado y un upercut bien atizados, algo así como Can I Play With Madness y The Prisioner. La primera envuelta en esa mítica escenografía de hielo con el color azul dominándolo todo y la segunda acompañada de esa cabrona declaración, ese grito que todos en algún momento hemos deseado dar para así ceder a esa catarsis que solo algo como la libertad te puede dar. Después de estas tres canciones estaba claro que los ingenieros de sonido habían hecho su trabajo de manera excelente y el resultado viajaba fiel hasta a tus oídos.
WELCOME TO IRON MAIDEN.
Pero al igual que la escenografía el impecable sonido tampoco importó esta noche, porque si hubiera habido un mal sonido ¿Qué creen? tampoco le hubiera importado a nadie.
Regresaron con un clásico de cajón, la obligatoria 2 Minutes To Midnight, entonces Dickinson saludó al público e impresionado mencionó que había 50,000 personas frente a él, en la lluvia, en la tormenta, en cualquier cosa, “YOU CAN’T STOP METAL IN FUCKING MEXICO MY FRIENDS” gritó para después anunciar Afraid To Shoot Strangers y mi cabeza se fue de paseo, esas melódicas guitarras gemelas, los solos entrelazados y la letra son un boleto instantáneo.
Can’t stop Metal in fuckin Mexico, my friends.
Luego siguieron con dos verdaderos monumentos en la historia de la música (ustedes díganme si exagero) primero The Trooper con muchas banderitas británicas por todos lados y luego The Number Of The Fucking Beast acompañada por el mismísimo chamuco sobre el escenario, el patas de cabra se levantó desde la profundidad y en la altura del escenario nos echó un vistazo a todos, como advirtiéndonos, el escenario entró en erupción, pirotecnia, fuego y sacrificio! Seis seis seis, pues.
El coro era unánime.
Es en este momento cuando comienzas a notar que la actuación de la banda no bajaba de intensidad, ni durante el show ni con los años, es impresionante como la edad lo único que logra en estos tipos es arreciarlos más, Dickinson por ejemplo, simplemente no paraba de moverse, durante muy pocos instantes se quedaba parado y cuando lo hacía era para hablar con el publico o para gritar y Harris en todo momento gesticulando, agitando agresivamente el bajo, usándolo de metralla y brincando compulsivamente durante marcados momentos de las canciones, de inicio a fin.
Y así, con Harris saltando de frente a ti, no importaba si eras el único a tu alrededor brincando como imbécil, ni tampoco importaba derramar parte de tu cerveza en el proceso, ni salpicar agua del frío charco en el que caías repetidamente. En esa noche nada de eso importó tampoco, brincabas y ya.
Todos (los informados) sabían que Phantom of The Opera sería parte del set y que vendría a continuación pero dudo muchísimo que cualquiera de ahí hubiera estado preparado para semejante shock, para semejante, increíble y memorable momento, miren, he ido a muchos conciertos con mucho mayor brutalidad y he estado en muchos conciertos de rock de alta velocidad, pero en ninguno de esos, en ninguno he estado tan cerca de que se me zafara la cabeza del torso tanto como lo estuve en este concierto durante Phantom Of The Opera, una de las mejores canciones jamás escrita por Maiden y la mejor, para mí, sin duda alguna de este concierto. Neta, el nivel de compulsividad en mis cervicales nunca había sido tan intenso y la forma en que la ejecutaron fue magistral, mucho más intensa y potente que en estudio y que además sonó tan clara y transparente como agua de manantial, sin duda una de esas canciones-bendición que tienes que recibir en vivo alguna vez en la vida. Gracias Maiden.
¡Pff!, todo lo que ya se había vivido y no estábamos para nada cerca del final, de hecho no habíamos llegado ni a la mitad.
Bajo otras circunstancias la canción que siguió hubiera dado por terminado el concierto, pero esta vez Run to the Hills era una pieza más del set muy a pesar de ser una de las más conocidas canciones de Maiden en el mundo, pero fue una canción a la que nada le faltó, incluso después del solo y tras varias chispas apareció Eddie con uniforme y espada sobre el escenario (nunca veo de donde sale) para dar una tranquila caminata y de paso pelear con Janick por los solos, luego de Run To The Hills siguió una de las grandes favoritas de todos nosotros: Wasted Years, coreada, cantada, gritada ¿y por qué no? hasta llorada por la gente más loca.
Y ni gritando ni cantando así importó tampoco perder la voz ahí o en cada uno de los coros, dejar la voz el coro de Wasted “Beers” o en el “Six, Six, Six” en The Number Of The Beast o desgarrarte la garganta desde el primer “Moonchild”, no importaba si se iba poder o no se iba a poder hablar al día siguiente.
Durante esa noche tampoco importó el día siguiente.
Por supuesto que habías venido por el azul del Seventh Son y por supuesto que la doncella te iba a despachar tu azul precisamente con Seventh Son Of a Seventh son y claro que ibas casi a chillar con una canción que desde el primer momento que la escuchaste te atrapó dentro de ella y en la que tú, por voluntad decidiste quedarte, ahí en sus amplios salones repletos de ecos, Seventh Son Of A Seventh Son es un lugar, espacio y tiempo en tu infancia, en tu juventud y quizá en tu vejez y ahí en el Foro Sol pudiste caminar entre sus columnas, guiado por sus arquitectos y constructores en un momento simplemente hermosote.
Y durante ese momento Eddie con ojos brillantes apareció inmóvil pero gigantesco y clarividente y con pluma en mano anotaba la profecía que su gigantesca esfera de cristal le hacía ver y creo que el fantasma de la opera regresó para tocar el órgano.
Y la salida de ese lugar azul fue un tobogán llamado The Clairvoyant, impulsado por el motor que es ese brutal bajeo inicial de la canción y conducido a través de esos veloces y melódicos pasajes de guitarra con saltos y giros dados con las dos baquetas de Nicko, el gran y viejo Nicko McBrain, salías expulsado y a toda velocidad de ese lugar, completamente feliz. Ah y esa manta grandiosa que adornó la canción fue el punto extra.
Y pues qué carajos iban a importar las cosas sin importancia después de eso, ¿qué carajos importó la lluvia que regresó y permaneció casi hasta el final del concierto? NADA.
Si necesitabas un descanso estabas frito porque Fear Of The Dark te hubiera hecho corear y sobre todo saltar, saltar y saltar más, saltar al paso que marcaba Harris por supuesto, el coro naturalmente resultó el más escandaloso y más gritado de toda la noche, desde el más joven fanático hasta el más viejo, todos la debieron haber coreado esa noche.
Después de tanto brinco y canto ya era hora de guardar la compostura para entonar nuestro Himno con el respeto con el que se debe hacer: azotando las cabezas con THE IRON MAIDEN mientras la marioneta más espectacular de Eddie ascendía sobre el escenario, permanecía flotando y abría y cerraba la boca con los ojos brillando en rojo y todo sin que dejaras de azotar tu cabeza como látigo, así había que vivir esto, sin que importara el hecho de que tu cuello se pudiera mover o no después.
Sin que importaran las secuelas del Rock And Roll ni las secuelas que tendrán tus cervicales después de todo esto, después de azotar la cabeza tan feroz y brutalmente, incluso estando tan cansado como puedes estarlo hacia el final de un concierto como estos. Nada de eso importó esa noche, a nadie.
(Quiero volver a leer eso último si llego a tener 70 años)
En ningún momento lució el escenario tan esplendoroso como en ese momento, ni durante este concierto ni durante los conciertos anteriores de Maiden en México, lejos quedaron esos conciertos en México con la escenografía incompleta, y que bueno porque una de las partes integrales de un show de Maiden es toda esa parafernalia y toda esa producción, no es lo más importante por supuesto pero es un elemento que siempre ha sido parte de la historia de la banda.
El encore estaba sobre nosotros y finalmente había una pequeña y necesaria tregua entre banda y público.
Todo lo logrado hasta el momento por muy insuperable que había sido aún estaba incompleto, un final épico y redondo era necesario. Y pensando en las canciones de Maiden ¿habrá algo más épico que Aces High?, Respuesta: No. En las pantallas aparecieron imágenes de la guerra, líderes mundiales, ejércitos y aviones mientras se escuchaba el discurso de Wiston Churchill quien al grito de “WE SHALL NEVER SURRENDER!” dio la orden para que el concierto se reanudara, en el escenario estalló nuevamente la pirotecnia y en su parte trasera colgaba una manta con la imagen de la portada del sencillo de Aces High, en la explosión de fuego y riffts la banda regresó como kamikaze con Dickinson usando un gorro de piloto de guerra. En la pista los mexicanos se aferraban a demostrar que todavía tenían energía y el headbanging, mosh pit y demás volvió, el ánimo subió nuevamente al tope después de este regreso pero el inevitable final se acercaba.
¿Estabas cansado?, ¿te encontrabas completamente empapado?, ¿frío? NO, eso tampoco importó durante esa noche, esas eran cosas pequeñas, asuntos insignificantes en comparación de lo que sí importaba. Y era después de todas esas canciones que llegabas a comprender la razón de tus prioridades durante esa noche, y ahí lo que realmente y únicamente importaba era lo feliz que te sentías, nada más y justo después del solo de “The Evil That Men Do” en verdad pensé: ¡qué feliz me hace Iron Maiden!, ¡muy feliz! y cuando la canción terminó sentí: ojalá nunca nos falte Iron Maiden en nuestras vidas, nevah’.
Así que eso fue lo único que importó e importaría en este concierto, querido lector, la felicidad del metal, ese sentimiento de invencibilidad y completicidad que solo el Heavy Metal te hace sentir, la belleza de la congregación en el concierto por un solo motivo: la música. Y la reunión y la hermandad que surge como resultado, eso era y es lo importante de todo esto, nada más.
Love es la primera palabra de “The Evil That Men Do”.
En cuanto terminó The Evil That Men Do mi mente se proyectó y con inercia esperaba y quería oír SSOASS (canción) otra vez pero no era el orden del álbum, era el final del concierto, era Running Free!
Y con la banda entera usando sombreros de mariachi, saltando y haciendo cosas chistosas, Dickinson presentó a todos los involucrados, agradeció y se despidió del público mexicano y así se fue entre mis dedos un concierto más de Iron Maiden, quienes con semejante actuación no dejan duda alguna de que son más grandes incluso de lo que eran en Aquellos Días y el estado físico, la ejecución instrumental y la intacta actitud lo hacen evidente: Iron Maiden hoy está en su mejor momento de la historia, así que amigo mío, no desperdicies tú tiempo buscando esos años maravillosos, levanta la cara y date cuenta de que estas viviendo en tus años dorados.
El Setlist:
Moonchild
Can I Play with Madness
The Prisoner
2 Minutes to Midnight
Afraid to Shoot Strangers
The Trooper
The Number of the Beast
Phantom of the Opera
Run to the Hills
Wasted Years
Seventh Son of a Seventh Son
The Clairvoyant
Fear of the Dark
Iron MaidenChurchill’s Speech
Aces High
The Evil That Men Do
Running Free