¡El maravilloso y purificador poder del metal en vivo!
Aquellos que lo han experimentado saben de lo que hablamos, esta necesaria y vital dosis en forma de festival ha regresado a la Ciudad de México, ese retiro de toda la m$%rda que pasamos día a día en nuestras vidas, al menos por un día, llegó ayer de la mano de The Metal Fest Mx.
El festival se llevó acabo este 13 de abril de 2024 en el Velódromo Olímpico Agustín Melgar de la Ciudad de México, fue la primera edición de este festival que está asociado con The Metal Fest realizado en Chile desde hace ya varios años, y con otros festivales que se realizan en Sudamérica.
Fue un evento que nos prometía una organización superior a las que su competencia suele ofrecer y que había sembrado buena confianza entre el público cuando uno de los accionistas que forma parte de la empresa organizadora comunicó por voz propia los detalles del evento venidero.
Y como toda primera edición tuvo sus cosas positivas y también sus negativas, como por ejemplo el agua. ¿Deberíamos quejarnos por la falta de agua para lavarse las manos en un evento privado? Desde luego que sí, es necesario para la higiene personal y como consecuencia para la salud.
La comida fue otro fallo importante, no había disponible ninguna opción “saludable” que elegir, en realidad solo habían 2 opciones y ya, hamburguesas y hotdogs, para quien no puede comer este tipo de comida la unica opción era la de morir de hambre (y esperar resucitar al tercer día). Puede parecer un punto quisquilloso pero hay que tomar en cuenta que son practicante 10-11 horas las que uno pasa dentro del festival y parte de la experiencia de un festival es pasarla bien también bebiendo y comiendo y esa experiencia es la que hará que la gente casual vuelva.
Otro punto importante que siempre aqueja a los festivales es la entrada al mismo ¿Funcionó rápidamente el acceso al evento? Relativamente, no fue tan ágil para el caso de preferente y en cierto punto el personal que controló el acceso se vio forzado a meterle celeridad al proceso porque Gutalax ya había iniciado a tocar cuando todavía faltaba un cúmulo de gente por entrar. Me enteré que también el acceso en general y VIP tuvo algunas complicaciones. Parece pues que casi todos los festivales se enfrentarán a este tipo de problemas, hasta que se encuentren maneras más rápidas de validar los boletos y revisar las pertenencias con las que la gente entra al evento.
¿Y qué pasó con las playeras? Fue una estrategia de doble filo de parte del organizador, por un lado sirven para difundir al festival y por otro dan gusto al público que tiene ganas de obtener un recuerdo del evento ya incluido en el precio de su boleto. ¿Fue un regalo? Por supuesto que no, desde el principio está considerado con el costo y no debería tenerse más dudas al respecto. ¿Se necesitaba realmente que se registraran las tallas al momento de la compra de boletos? Posiblemente sirvió como base para la logística de producción de las playeras, pero al final de cuentas la talla de la playera se elegía al momento de la entrega y estaba sujeto a la disponibilidad de la misma.
Quejas siempre habrá, pero deben estar fundamentadas y bien explicadas. Por ejemplo, ¿tendríamos que quejarnos por el hermoso día soleado y caluroso que vivimos? Definitivamente no; porque no depende de los organizadores, ni de las bandas, ni de nadie realmente. Al comprar una entrada para un evento al aire libre el público se compromete a sortear las inclemencias del tiempo. Recordemos que este riesgo también se correría con un día lluvioso o muy frío.
Ahora, pasemos a lo positivo y definitivamente lo más importante. Las bandas cumplieron mostrando un gran nivel de compromiso con el festival y con el público que las contemplaba, desde Gutalax hasta Overkill, pasando por Necrophobic, Death Angel y Anthrax. Todas las bandas realmente hicieron un gran papel y dejaron satisfechos a los asistentes.
Empecemos por Gutalax, una gran banda para comenzar a “prender” a la gente y ponerla a calentar motores, una fórmula que ya fue probada por los organizadores el año pasado en su México Metal Fest VII, si bien su música no tiene excesiva complejidad técnica, la banda se encargó de ejecutarla de manera correcta (guturales porcinos incluidos). El resultado fue una fiesta como pocas veces se vive tan temprano en un festival.
Después recibimos a To/Die/For, una agrupación que nunca hubiéramos pensado ver en vivo en México, y que en nuestro caso, se sumó a la lista de agrupaciones que veríamos por primera vez, los finlandeses entregaron un set corto y que incluyó varias de sus canciones más representativas, aunque dejando de fuera un tema que nos hubiera encantado escuchar en vivo: “Heat”, cabe mencionar que a esa hora no era el mejor momento para ser un gótico pues era tanto el calor que el piso literalmente quemaba los pies y en caso de ir maquillado el sudor hubiera acabado con esa imagen oscura y lúgubre.
Al tratarse de un solo escenario, tenia que existir una pausa de varios minutos entre cada banda, la cual bien se podía aprovechar para darse la vuelta al baño, comer o beber.
Luego siguió Atheist, la banda floridense regresó a México para nuevamente demostrarnos su virtuosidad, violencia y poder, con un set que sorprendió a muchos y completamente satisfechos a todos sus fanáticos.
Los suecos de Necrophobic continuaron, ellos fueron para nosotros lo mejor del festival, dieron una demencial presentación de black metal, todo el sentimiento y actitud desafiante de sus canciones se dejó sentir sobre el escenario, gracias a las habilidades de su fenomenal frontman, Anders Strokirk, la magistral ejecución instrumental por parte del resto de la banda y el audio cristalino que tuvieron. Sin exageración alguna: un momentazo que valió el boleto.
Otro de los grandes actos del día fue Death Angel, una de las mejores bandas que vimos esa tarde, los californianos, junto con su gran vocalista Mark Osegueda, lograron una conexión cien por ciento auténtica con el público, Mark habló de ”tú a tú” con los mexicanos, se puso de su lado y canción a canción los condujo hacia el tremendo y poderoso cierre que fue ”Misery’s Crown”, la banda nos dejó claro que se encuentra en gran forma y que independientemente del escenario en el que se presenten merecerá toda la pena presenciarlos.
Entonces llegó el turno de la segunda banda finlandesa del festín, Amorphis, quienes demostraron que hoy en día son uno de los actos más completos dentro de la escena metalera mundial, con una base de fanáticos que cantaban y se excitaban con cada canción, fans que esa noche se encontraban al rededor nuestro y que no dejaron de celebrar y cantar cada canción, totalmente rendidos ante la poderosa, oscura y seductora melodía de Amorphis. Tremendos vocales por parte de Tomi Joutsen.
Por su parte Antrhax, quienes llegaron como headliners, superaron por mucho todas nuestras expectativas, se vieron frescos, dinámicos y metidos totalmente con el publico; si bien el audio no fue el mejor, provocaron una gran respuesta de la audiencia, ayudados principalmente por su gran repertorio de clásicos thrashers, como lo son canciones como Among the Living, Caught in a Mosh, Antisocial, Madhouse, Efilnikufesin (N.F.L.) e Indians, los moshpits se dejaron venir por cantidades y casi todos lados, tanto en las zonas de general como en preferente, algo notable para la hora y momento del festival.
Y finalmente llegó Overkill para cerrar la noche, los neoyorquinos son ya viejos conocidos del público mexicano, siendo ellos de las primeras bandas en venir al país cuando esto del metal comenzaba a importarse y más recientemente con constantes visitas al país; desafortunadamente tampoco gozaron de un buen audio, pero al igual que Anthrax, se valieron de sus tremendos himnos de canciones que tienen como éxitos para hacer resurgir la energía de los ya agotados asistentes; los neoyorkinos venían acompañados por Dave Ellefson, ex integrante de Megadeth, que estaba supliendo temporalmente a Vernie, ausente por lesión. Los estribillos de canciones como “Hello from the Gutter”, “Coma”, “Elimination” o “Rotten to the Core” reavivaron las desgastadas gargantas del público, quienes volvieron a gritar con casi la misma pasión e intensidad que al inicio de la jornada, la violencia cobró sus últimas víctimas en renovados moshpits y la noche y el festival quedaron sellados con un estruendoso y catártico grito de FUCK YOU!, mismo que emergió desde lo profundo de nuestras vísceras y que complementó esa dosis necesaria de desahogo.
Un divertido festival en el que nos pasó de todo, un brutal calor que quemaba los pies, corajes con las opciones y la fila de la comida, con la falta de agua y otras cosas; fiesta y violencia, la aparición de un Jesús milagroso que daba agua al sediento metalhead que se lo pidiera y lo mejor y más importante, revitalizadores riffs, heavy metal intravenoso para mí cuerpo y alma.
¡Un momento! ¿Pero qué pasó con Mayhem? Lo que sea que haya pasado con el baterista Jan Axel Blomberg (Hellhammer) pasa a segundo término, al final de cuentas la banda solo pudo ofrecer firmas y no fue posible tocar ante el público que quería verlos. Nosotros nos incluimos en ese público. ¡Una lástima! Habría sido la cuarta vez pero habría sido una gran cuarta ocasión en que los veríamos en público.
Con todo esto dicho, larga vida a los festivales de metal en la CMDX, larga vida al MxMF The Metal Fest. ¡Cómo te extraño Metal Fest divino!… ¡Pronto tienes que volver!