En la época en que fue lanzado este álbum de larga duración, algunos fanáticos de la banda creímos que ya sería difícil que la banda alcanzara el nivel de composición, ejecución, producción y belleza que se había logrado en álbumes como “Power Plant”, “Somewhere Out In Space” o el aclamadísimo “Land Of The Free”, pero al ver el resultado pudimos constatar que el power metal no podía ser más sublime, aguerrido y refinado. Sí, Gamma Ray lo hizo y lo hizo de maravilla nuevamente con “No World Order!”, y solo para demostrar que uno estaba completamente equivocado. Este disco es una combinación perfecta de riffs poderosos, conspiraciones locas y un toque de ciencia ficción que te hará sentir al filo de la butaca, tal como si estuvieras en una película de acción ochentera con espadas láser mientras saboreas una buena porción de palomitas de maíz. Aquí no hay tregua, desde que inicia hasta que termina, el álbum es una patada de energía revitalizante que no te dejará sentarte aburrido ni un minuto.
La temática principal gira en torno a conspiraciones, gobiernos malvados -¿te suena familiar?- y alienígenas que no podían faltar. Kai Hansen y compañía abordan estos temas con la mano en la cintura, realmente lo hacen de una manera que se siente más divertida que trágica. “Dethrone Tyranny” es la canción perfecta para destruir a los asesinos invasores provenientes de cualquier punto del Universo.
Gamma Ray creó posiblemente uno de los “intros” más deliciosos pero también demasiado cortos del género con el primer “track” del álbum -“Induction”-, y es que uno de los mejores aperitivos que he probado en mi glotonería musical, quisiera que nunca se terminara, es simplemente adictivo. Hay que destacar que a Kai Hansen se le nota en un gran nivel vocal, y eso está plasmado en la grabación a lo largo del LP. En canciones como “The Heart of the Unicorn” -con título cursi pero con música maciza y concisa- su voz suena como si hubiera pasado años entrenando con los Dioses del canto en las montañas suizas. Cada grito es pura adrenalina, y la banda lo acompaña con una ejecución técnica impecable. Vienen después una terna de enormes canciones: “Heaven or Hell”, “New World Order” y “Damn The Machine”; cubren con creces las expectativas de lo que se podría esperar hasta este momento en el álbum. Ahora continua la acción con temazos como “Solid” y “Fire Below”, que siguen pegando fuerte con sus letras sobre temas guerras galácticas y caos político.
Una pieza clave del álbum es “Eagle”, donde todo toma un nuevo nivel; imagina a Thorondor volando sobre ti mientras en el fondo suenan los solos de guitarra más vibrantes de la comarca.
Por supuesto, no todo es velocidad y furia. La banda se dio el lujo de bajar un poco las revoluciones y así como lo había hecho en otras producciones con temas como “The Silence”, “Father And Son”, “Pray” o “Farewell”; ahora lo hizo con “Lake of Tears”, una balada que sorprende por lo bien hecha que está. Es melódica, emotiva y perfecta para esos momentos en los que necesitas un pequeño respiro después de tanta intensidad.
En resumen, “No World Order” es una montaña rusa de emociones y guitarras afiladas que te mantiene enganchado de principio a fin. Gamma Ray demuestra una vez más que el power metal sigue tan vivo como siempre.