El 26 de septiembre de 1988 se publicó el disco de larga duración titulado “Port Royal”, una de las mejores obras de la banda alemana Running Wild. Este disco es un viaje épico por los bravos mares del heavy/power metal; lleno de aventuras, saqueos y tesoros escondidos. Desde el primer acorde, es como si te subieras a bordo de un barco pirata, listo para navegar por el Caribe en busca de oro y gloria. Con referencias a la famosa ciudad portuaria de Jamaica, Port Royal, el álbum nos sumerge en un mundo de corsarios, tempestades y, por supuesto, riffs monumentales.

El sonido del álbum es una evolución destacada respecto a Under Jolly Roger. Aquí, Rolf Kasparek y compañía perfeccionan la mezcla de power metal y heavy metal, con una producción más pulida. Las guitarras rugen con una fuerza imparable, los coros son épicos y las baterías, aunque más controladas, siguen aportando ese punch necesario para mantenerte moviendo la cabeza al ritmo del oleaje. Este equilibrio entre melodía y poder es lo que hace de Port Royal un disco tan adictivo.

La canción que da título al álbum, “Port Royal”, es el perfecto ejemplo del estilo pirata de Running Wild: riffs pegajosos y una energía que te hace sentir como si estuvieras corriendo por los muelles de la ciudad, espada en mano. Del otro lado está “Calico Jack”, una épica de más de ocho minutos que te narra la historia del pirata que creó la famosa bandera de la calavera y las tibias cruzadas. El tema combina una introducción acústica sublime con explosiones de guitarras que no podrías quitarte de la cabeza aunque quisieras.

Otra joya del álbum es “Uaschitschun”, una crítica social disfrazada de himno pirata. Aunque las letras podrían haber sido más pulidas, la canción aborda el conflicto entre el hombre blanco y la naturaleza con un mensaje que sigue siendo relevante hoy en día.

Only when the last tree has been felt,
the last fish caught,
the last river poisoned,
will you know, that men cannot eat money.

“Mutiny” y “Raging Fire” también destacan por su energía desbordante y coros tan pegajosos que, si no terminas cantando, gritando o brincando de la emoción, es porque no tienes alma de pirata. Finalmente, una canción que merece una mención especial es “Conquistadores”, que representa un momento cumbre en el álbum y también en mi descubrimiento de la banda hace muchos años, ya que fue la primera canción que conocí de ellos y siempre me ha hecho vibrar tanto por su hermosa composición como por sus profundas letras.

Pero lo que realmente distingue a Port Royal es su atmósfera. Es un álbum que suena auténtico, como si verdaderos piratas hubieran decidido ponerse a hacer heavy metal. Nada aquí suena forzado; la pasión es palpable en cada nota. El bajo a cargo de Jens Becker tiene un papel clave, aportando una base sólida que hace que todo fluya como una tormenta en alta mar. Y las voces de Rolf, llenas de fuerza y carácter, son el ancla que mantiene todo en su lugar.

En resumen, Port Royal sigue siendo, después de tantos años, un clásico inmortal del metal. Si amas el heavy metal con ese toque de fantasía histórica y esa energía inagotable de los grandes discos de los 80, este álbum es para ti. Así que tomar un buen trago de ron, subir el volumen y prepararte para zarpar con este enorme álbum de metal. ¡A toda vela con Port Royal!

Tracklist:

  1. Intro (00:50)
  2. Port Royal (04:12)
  3. Raging Fire (03:28)
  4. Into the Arena (03:59)
  5. Uaschitschun (04:53)
  6. Final Gates (03:00)
  7. Conquistadores (04:50)
  8. Blown to Kingdom Come (03:19)
  9. Warchild (03:01)
  10. Mutiny (04:28)
  11. Calico Jack (08:15)