El 28 de septiembre de 1987 marcó un hito en la historia del heavy metal con el lanzamiento de Hall of the Mountain King de Savatage, el cuarto álbum de la banda. Este disco significó un antes y un después, tanto para ellos como para la escena metalera en general, mostrando una madurez artística que consolidó a Savatage como una de las agrupaciones más innovadoras del género.

En 1987, la banda estaba formada por Jon Oliva en las voces y teclados, su hermano Criss Oliva en la guitarra, Johnny Lee Middleton en el bajo y Steve “Doc” Wacholz en la batería. Aunque ya venían haciendo ruido en la escena metalera desde finales de los años 70, Hall of the Mountain King fue el álbum que los catapultó a una nueva dimensión musical. La clave del éxito fue, en gran parte, su colaboración con el productor Paul O’Neill. O’Neill, quien había trabajado previamente en Broadway y en la industria musical, aportó un enfoque teatral y narrativo que elevó el sonido de Savatage a niveles épicos, algo que se convertiría en una característica esencial de su música en los años siguientes.

El disco abre con “24 Hrs. Ago”, una pieza potente que rápidamente te recuerda que estás ante una banda con una agresividad única. Los riffs de Criss Oliva son vertiginosos, mientras que Jon despliega una interpretación vocal intensa y llena de emoción. A partir de ahí, el álbum no pierde fuerza, y canciones como “Beyond the Doors of the Dark” te sumergen en atmósferas oscuras y envolventes, donde el talento de Criss para tejer solos y melodías brilla con una maestría indiscutible.

Pero, si hay una canción que define este álbum y el legado de Savatage, es “Hall of the Mountain King”. Este tema, inspirado en la obra clásica de Edvard Grieg, fusiona metal y elementos sinfónicos de una forma que pocas bandas se atrevían a intentar en esa época. El riff es simplemente inolvidable y ha pasado a la historia como uno de los más icónicos del heavy metal. Esta canción en particular captura la esencia teatral y dramática que Paul O’Neill buscaba plasmar, y que Savatage ejecutó con precisión quirúrgica.

Más allá de su himno principal, Hall of the Mountain King tiene otros momentos sobresalientes, como “Strange Wings”, una canción melódica y accesible que muestra el rango vocal de Jon Oliva. O temas como “Legions” y “Devastation”, que exploran temas como el poder y la destrucción con la crudeza característica de la banda.

Este álbum no solo consolidó a Savatage, sino que también dejó una huella en el metal progresivo y sinfónico, inspirando a bandas como Dream Theater y Symphony X a explorar territorios similares. La mezcla de agresividad y complejidad fue clave para el desarrollo de estos subgéneros, y lo que Savatage hizo en este disco aún resuena en la música de hoy.

Hall of the Mountain King también fue el comienzo de lo que más tarde se convertiría en la Trans-Siberian Orchestra, el proyecto paralelo que Jon Oliva y Paul O’Neill fundarían años después. Este proyecto, aunque más orientado hacia un público general, siguió explorando muchas de las ideas sinfónicas y conceptuales que Savatage comenzó a experimentar en este álbum.

Tristemente, el legado de Hall of the Mountain King está marcado por la pérdida de Criss Oliva, quien falleció en un accidente automovilístico en 1993. Sin embargo, su influencia sigue viva en cada riff y solo de guitarra que dejó en este álbum. Criss fue un guitarrista excepcional, y su trabajo en este disco es testimonio de su enorme talento.

Criss Oliva

A pesar de no haber alcanzado el éxito comercial masivo de otras bandas de su época, Hall of the Mountain King sigue siendo considerado una obra maestra del heavy metal. Los fans de Savatage han mantenido viva su música, reconociendo el genio detrás de las composiciones y la entrega total de la banda en cada pista.

En definitiva, Hall of the Mountain King es un disco esencial para cualquier fan del heavy metal. Desde su lanzamiento, ha inspirado a generaciones de músicos y ha dejado una marca indeleble en la historia del género. Más de tres décadas después, sigue sonando fresco, poderoso y, sobre todo, inolvidable.