La noche de ayer, 6 de noviembre, la Arena Ciudad de México vibró al ritmo de una batalla épica, Amon Amarth y Kerry King lograron hacer que cada rincón del lugar retumbara con el poder del thrash y el metal vikingo, trayendo una explosión de energía que se sintió desde el primer guitarrazo.
Kerry King, ese ícono indiscutible del thrash metal, abrió la noche recordando por qué es una leyenda viva. Nos deleitó con clásicos de Slayer como Raining Blood y también mostró un lado fresco con su proyecto en solitario, From Hell I Rise. A pesar de que la arena no estaba a reventar, los fans presentes lo dieron todo, llenando el ambiente de pura pasión y creando una vibra intensa que compensó cualquier asiento vacío.
Y luego, ¡la invasión vikinga! Amon Amarth apareció en el escenario transformando el lugar en un verdadero campo de batalla. La puesta en escena fue brutal, con una escenografía inspirada en la mitología nórdica y un casco vikingo épico sobre la batería. Cada canción, desde Guardians of Asgaard hasta Twilight of the Thunder God, fue como un capítulo de una saga épica. Johan Hegg, con su voz de trueno, no solo se comunicó en español, sino que conectó con el público de una forma increíble. Los fans respondieron al llamado del metal con moshpits y gritos que resonaron en toda la arena. ¡Una auténtica locura!
Esta noche no fue solo un concierto; fue una experiencia para recordar. La organización estuvo a la altura, despejando cualquier duda de última hora sobre el evento. El sonido fue excepcional, dio gusto estar ahí disfrutando con esa calidad sonora la música ejecutada por las bandas. A los que estuvimos allí, nos queda la satisfacción de haber presenciado un show que fue más allá de la música: fue una verdadera batalla de metal que va a resonar en nuestras memorias por mucho, mucho tiempo.