Reign in Blood, el clásico de Slayer lanzado el 07 de octubre de 1986, es básicamente lo que pasaría si la música mágicamente se convirtiera en un ataque de tiburón: quedarías deshecho después de pasar por esa trágica experiencia. Es muy interesante que el álbum dura apenas 28 minutos, pero son 28 minutos totalmente bien aprovechados, porque abunda la violencia auditiva, la técnica y la interminable energía de la banda desplegada en cada canción que ejecuta. La fecha de lanzamiento del álbum se retrasó debido a preocupaciones sobre el tema lírico de la canción de apertura “Angel of Death”, que se refiere a Josef Mengele y describe actos como la experimentación humana que cometió en el campo de concentración de Auschwitz. Los miembros de la banda declararon que no toleraban el nazismo y que simplemente estaban interesados ​​en el tema. Todos les creemos, ¿verdad?

Este álbum no solo moldeó el thrash metal, sino que también hizo que los tímpanos de muchos seguidores de Slayer se replantearon su utilidad en la vida. Slayer venía de hacer mucho ruido con discos anteriores, pero con Reign in Blood, decidieron que no era suficiente. Necesitaban hacer el ruido más rápido, como si estuvieran en una carrera para romper el récord de velocidad del metal y, de paso, destruir cualquier cosa en su camino. Y claro que sí, los señores lo lograron. ¿Te gustaría escuchar un momento de tranquilidad? Escucha del segundo 48 al 57 de Necrophobic, quizás esos 9 segundos te sean suficientes para recuperar el aliento.

Para muchos, este álbum fue una sorpresa, no porque Slayer hubiera sido antes un pan de Dios en términos musicales, sino porque nadie esperaba que un disco tan corto pudiera hacer tanto daño. Rick Rubin, el productor, aplicó la magia que aprendió en el mundo del hip hop, y de alguna manera convirtió el caos en algo claro y definido; no olvidemos que este fue su primer álbum con una banda de metal. Digamos que si Reign in Blood fuera una pintura, sería algo así como darle una motosierra a Jackson Pollock y decirle que simplemente “se deje llevar”. El resultado fue una obra maestra que hizo del thrash metal algo mucho más rápido, más ruidoso y más al estilo de la banda en cuestión: Slayer.

Musicalmente, el álbum es una carrera cuesta abajo sin frenos. Canciones como “Angel of Death” y “Raining Blood” son himnos que suenan como si Jeff Hanneman y Kerry King, los guitarristas, estuvieran compitiendo para ver quién se queda sin cuerdas primero, o sin dedos. Tom Araya, el vocalista y bajista, lanza sus gritos con tanta rabia que uno casi puede imaginarlo peleándose con su micrófono. Y luego está Dave Lombardo, el baterista, cuyo pie en el bombo es probablemente más rápido que una conexión a internet en Japón con fibra óptica. De hecho, si pudieras medir la velocidad de este álbum, probablemente estaríamos hablando de algo que desafía las leyes de la física. Personalmente, creo que “Raining Blood” tiene los riffs más memorables de todo el álbum, pero eso es sin quitarle el mérito que las demás piezas tienen bien ganado.

Claro que no todo fue éxito y “headbanging”. Las letras, especialmente las de “Angel of Death”, causaron un escándalo, tal como mencionamos al inicio de esta reseña. Hablar sobre el infame doctor nazi Josef Mengele no es algo que le caiga bien a todo el mundo (¿quién lo hubiera pensado?), y Slayer fue acusado de cosas bastante serias. Pero la banda siempre ha dicho que solo están contando la historia más oscura de la humanidad, no haciéndole una playlist. Así que sí, este álbum tiene tanto contenido controversial como decibeles, y créeme, ¡los tiene en exceso!

El impacto cultural de Reign in Blood fue tan fuerte que probablemente rompió más cuellos de headbangers que cualquier otro disco en la historia. Bandas posteriores lo citan como una influencia clave, desde los death metaleros hasta los black metaleros, y probablemente algunos vecinos molestos también. Mientras otros en el metal coqueteaban con la idea de sonar en la radio, Slayer estaba más preocupado por sonar en tus pesadillas, y lo hicieron sin concesiones. ¡Y qué bueno! Porque ¿quién quiere una balada en medio de un huracán?

En conclusión, si nunca has escuchado Reign in Blood, prepárate para una experiencia que es algo así como subirte a una montaña rusa sin cinturón de seguridad. Este álbum no es solo una lección en cómo hacer thrash metal, es una lección en cómo destrozarlo.

Reign in Blood en Youtube

Curiosidades del álbum:

  • El álbum alcanzó el puesto 94 en el Billboard 200.
  • En todas las versiones anteriores del CD y LP, “Postmortem” termina a las 2:44 antes de la parte rápida. Este error se corrigió en la reedición del CD de la edición expandida.
  • El álbum se lanzó el mismo día que el álbum Game Over de Nuclear Assault.
  • Def Jam/Geffen también lanzó el álbum en vinilo rojo, violeta y verde, vinilo con foto de edición limitada con una portada diferente (logotipo ensangrentado) y vinilo con foto normal.
  • Existen tres versiones diferentes del outro de “Raining Blood”. En algunas versiones de LP, el sonido de la tormenta se crea mediante un surco bloqueado que se repite indefinidamente hasta que se levanta la aguja. En otros LP, casetes (antes de 1988) y solo en esta versión de CD, la tormenta simplemente se desvanece después de unos 15 segundos. En todas las demás versiones de CD y casete (después de 1988), el outro de la tormenta dura 50 segundos.

Tracklist:

  1. Angel of Death (04:51)
  2. Piece by Piece (02:02)
  3. Necrophobic (01:40)
  4. Altar of Sacrifice (02:50)
  5. Jesus Saves (02:54)
  6. Criminally Insane (02:22)
  7. Reborn (02:11)
  8. Epidemic 02:22)
  9. Postmortem 03:27)
  10. Raining Blood 04:16)
Escucha el álbum completo en Spotify