Largo fue el recorrido de Avatar que los trajo a este punto de coincidencia con nosotros, años de determinación y trabajo para que la primera gira como banda estelar en Latinoamérica y México fuera posible, y que además de todo resultara un rotundo éxito.
En México el romance comenzó en 2019, en el Domination Mx, festival cuya única edición se realizó en el autódromo Hermanos Rodríguez y que resultó ser el aparador perfecto para los suecos. Tres años más tarde regresaron al Hell And Heaven 2022 con un notable ascenso en popularidad.
Hoy el resultado de esa trayectoria es la sensación consumada, la banda posee en México un grupo de seguidores que cubre un umbral que va desde los fanáticos del Melodeath de Gotemburgo hasta los modernos Maggots de Slipknot, y capaces de abarrotar recintos.
El anuncio de la gira por México recibió gran atención en redes sociales, Tijuana, Guadalajara, Monterrey y CDMX fueron las ciudades incluidas. Una segunda fecha en Ciudad de México tuvo que abrirse posteriormente debido al sold-out de la primera.
Llegado el día nos dirigimos al ya mítico Circo Volador y al llegar lo primero que notamos fue lo interminable de la fila para entrar, la cual iba desde la entrada del recinto y se extendía poco más de 300 metros a lo largo de la calle perpendicular.
Luego de una amena espera con los amigos demás fanáticos, la fila por fin comenzó a avanzar y el acceso a la sala transcurrió sin problemas. Dentro ya se podía sentir el gran ambiente y el calor característico de un Circo Volador totalmente lleno.
Un retraso de 30 minutos provocó en el público una impaciencia que se iría convirtiendo en expectativa, la cual culminó con la aparición de la banda sobre el escenario, en un arranque de concierto por de más estruendoso.
A la primera canción reventó todo, “Beware of the Clown” fue una bomba, una gran canción que dio paso a una lista de canciones que complacería a todos los presentes, “Dance Devil Dance” y “Let It Burn” fueron parte de ese bloque de arranque, durante estos primeros temas el clamor por la banda era algo increíble de atestiguar, era ver a un público que estaba en total estado de adoración.
Desde el inicio quedó por sentado que la banda tiene en su cantante Johannes Eckerström a un auténtico talismán, un frontman excepcional y de grandes talentos, carismático y tremendamente popular con las mujeres, ejecutor de growls y voces limpias por igual, gran gesticulador y por si fuera poco un tipo gracioso y de gran sentido del humor; después de todo un payaso.
Las buenas canciones continuaron y el audio, que era bueno, batallaba en volumen con el ruido del publico que era ensordecedor. Sobre el escenario era evidente que la banda es ante todo un gran equipo, desde la suerte de uniforme que todos portaron, la interacción entre ellos, hasta el contagioso headbanging sincronizado que realizaban en momentos clave, con todo ello se podía percibir a un grupo cercano, natural y honesto.
Los suecos pueden presumir de contar con un repertorio de gran variedad y de tremenda calidad y que supieron aprovechar, ordenándolo de manera que era posible para mantener enganchado a todo el público e irnos guiando poco a poco a un estado de clímax.
Y cuando era presciso, Johannes realizó las pausas para hacer uso de su tremenda capacidad oratoria e incitar al público a dejarlo todo atrás, a volverse locos y a divertirse con Avatar, siempre añadiendo a toda la fuerza y el vigor de su mensaje, un pequeño toque de humor, el efecto en la gente era sencillamente apoteósico.
La banda continuó con canciones que fueron bien recibidas por el público, como The Eagle Has Landed, Valley of Disease, Paint Me Red!!!
Público y banda interactuaron entre sí con fuerza y sinergia durante el resto de la noche, dando como resultado momentos memorabilisimos como cuando Johannes apareció en medio de la gente armó un perro con globos y tocó la trompeta disonante en Puppet Show.
Cuando el concierto se volvió maduro, los temas también, como Black Waltz, Colossus, o el mágico momento en el que tocarón Tower, nuestra canción, detallazo de Avatar y luego A Statue of a King, un bloque final que emocionó brutalmente a todos.
Entre las muchas cosas que Johannes continuó mencionando fue que se había dado su vuelta por la ciudad y que nos había observado, y con una ambigüedad descarada nos confesó que le parecíamos un grupo de gente demasiado atractiva, chicos y chicas por igual, esto ruborizó a más de una y uno, en otro gran y divertido instante. Tampoco será fácil de olvidar ese momento cuando comenzó a quitarse un poco de ropa y se sorprendía de que las mexicanas le arrojaran billetes reales, tal cual table dance club… en definitiva el concierto tuvo de todo y para todos.
El sonido continuó fortísimo y literalmente a la par de un público estruendoso y que en momentos llegaba a opacar la música de la banda. El bloque final de canciones fue la apoteosis. The Dirt I’m Buried In, Smells Like a Freak Show y Hail the Apocalypse.
En definitiva y como lo dijo su frontman, “México es Avatar Country”.
Yo por mi parte elijo vivir en este concierto, la energía, la sinergia y el intenso rugir de banda y público llenó cada centímetro del viejo cine que era antes el Circo Volador, era como fundirse en un orgasmo sonoro, no ha habido concierto más escandaloso ni más caliente que se recuerde en el Circo Volador que el de esta noche; un cierre de gira Latinoamericana espectacular.
Setlist:
- Beware of the Clown (The Damned song)
- Dance Devil Dance
- Let It Burn
- The Eagle Has Landed
- Valley of Disease
- Paint Me Red
- Scream Until You Wake
- Bloody Angel
- For the Swarm
- Puppet Show
- When the Snow Lies Red
- Do You Feel in Control?
- Black Waltz
- Colossus
- Tower
- A Statue of the King
- The Dirt I’m Buried In
- Smells Like a Freakshow
- Hail the Apocalypse