Cada vez que se anuncia un festival de inmediato se generan muchas expectativas, se generan sentimientos entre los seguidores de las bandas e incluso se generan esperanzas e ilusiones para muchos.

Sí, expectativas de que haya o no haya ciertos elementos en el festival como son el camping, escenarios para bandas locales y alternativas, personajes de carnaval, juegos mecánicos y atracciones diversas. Se tiene la expectativa de que los boletos estén a precios asequibles, se tiene la expectativa sobre la ubicación, se espera que el festival sea grandioso y con un buen ambiente.
 

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¿Sentimientos? ¡Sí claro, sentimientos de muchos tipos! Sentimientos de culpa por no haber podido asistir a una edición pasada del festival, sentimientos de nostalgia por otros festivales pasados, sentimientos de añoranza por aquella vez que se vio por primera vez a una banda, sentimientos de coraje porque no se presentará aquella banda favorita, sentimientos de indecisión sobre asistir o no, sentimientos de desesperación por no contar con el tiempo o dinero para asistir.

Las ilusiones y esperanzas también se dan por doquier; se espera asistir, disfrutar, estar presente y aprovechar todo aquello que nos divierta o emocione. Se tiene la esperanza de que convoquen a más bandas de power metal, de death metal, más bandas internacionales o de cierto género en concreto. Quizás se tenga la ilusión de que simple y sencillamente las bandas toquen más de los 50 minutos que se les suele dar para mostrar su repertorio. Se vive con la esperanza de no tener problemas para asistir; ya sea problemas en el trabajo, escuela o con la familia. Se tiene la esperanza de que sea un evento con un sonido sensacional y sin problemas técnicos, que tenga grandes atracciones y que se disfrute de una experiencia divertida y enriquecedora. Se tiene la esperanza de que esa banda que tanto se quiere ver en el festival por fin toque esas 3 canciones que hace varios años que ya no tocan en vivo. En fin, podría seguir mencionando muchas cosas parecidas.
No se puede hablar de que el KnotFest haya sido un festival perfecto, siempre se presentan diferentes problemas de organización, horario y sonido que no dejan al 100% satisfechos a todos, sobre todo cuando se trata de un festival que cumple con su primera entrega en el territorio mexicano.

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Las bandas estuvieron tocando con mucho ánimo y plenamente, a excepción de algunos momentos donde Megadeth y sobre todo el señor Mustaine solamente cumplió con tocar. Quizás ellos deberían ver la atrevida actitud que los miembros de The Dillinger Escape Plan tienen en el escenario, podría ayudarles a recordar un poco lo que hay que hacer cuando se está frente a todo ese público. Ojalá esta situación mejore para sus próximas presentaciones. Pero bueno, quizás también se justifique porque estaban un poco cansados o de mal humor.

¿Qué otros problemas hubo? Pues bien, hubo retraso en el acceso y con ello en los horarios de las bandas, fue casi imposible comprar comida sin perder más de una hora, solo las papas fritas y las tortas fueron fáciles y rápidas de conseguir. El agua para beber y los refrescos se terminaron tan temprano que hasta parecía que lo habían planeado para hacer que todos compraran cervezas. Los precios de las bebidas y alimentos fueron elevados. La vista desde los recintos VIP no fueron tan favorables.
Cada quien podrá quejarse de una u otra cosa a la que se haya enfrentado, pero no cabe duda que la experiencia fue grata y siempre se estará en la mejor de las disposiciones de verse ahí, justo ahí, en otro festival.

¡Que vengan más KnotFest a México y a todos los países donde haya fanáticos de Slipknot y del metal!