El viento fresco de la noche rozaba tu cara, la brisa se mezclaba con el aroma del tabaco y demás hierbas, alrededor de ti, 59,999 personas electrificadas miraban hacia un mismo lugar y en un iluminado escenario y rodeados por pantallas se encontraban tres leyendas con estatus de dioses, ellos eran el centro de la atención de todo el estadio, las bocinas reproducían las notas más familiares que un fanático del Metal pudiera escuchar, lentas, pesadas y contundentes, mientras la gente lo asimilaba a gritos: Generals gathered in their masses…
…just like witches at black masses
Evil minds that plot destruction…
Sorcerers of death’s construction
In the fields the bodies burning…
As the war machine keeps turning
Death and hatred to mankind…
Poisoning their brainwashed minds
OOOH LORD YEAH!
WAR PIGS DE BLACK SABBATH, IOMMI, OZZY, BUTLER, LOS PADRES DEL METAL EN MÉXICO, EN MISA, FRENTE A TUS NARICES. Setlist:
- War Pigs
- Into the Void
- Under the Sun/Every Day Comes and Goes
- Snow Blind
- Age of Reason
- Black Sabbath
- Behind the Wall of Sleep
- N.I.B.
- End of the Beginning
- Fairies Wear Boots
- Rat Salad
- (Solo Tommy Clufetos)
- Iron Man
- God Is Dead?
- Dirty Women
- Children of the Grave
- (Encore:)
- Paranoid
¿Alguna vez has sentido la mano del diablo peinarte el cabello? Nunca, ni siquiera serás capaz de imaginar algo así, pero BLACK SABBATH hace un muy buen trabajo acostumbrándote a sentir, pensar o llegar a imaginar cosas como esa u otras igual de contundentes en un día normal.
Esa es la descripción que hice de BLACK SABBATH la primera vez que los escuché, una descripción que al pasar de los años no ha podido ser desplazada por otra y qué también se mantiene si nos trasladamos a los escenarios. Es así de simple, la mano del diablo, peinándote, en sus discos o si ellos quieren, en tu cara.
El 2013 fue un año bueno para los asistentes a los conciertos de Metal en México, el Hell And Heaven Fest nos trajo a MOTÖRHEAD, TESTAMENT, IN FLAMES y ANTHRAX a Guadalajara, bandas que también se presentaron en la capital en el Force Metal Fest o por su cuenta, también vinieron Iron Maiden (inolvidable), Slayer, Ghost y Sodom entre otras. Ya viene siendo algo normal la cuota anual de bandas importantes que antes solo soñábamos con algún día verlas, METALLICA, AC/DC, MOTÖRHEAD, MEGADETH y KISS por ejemplo son ahora parte normal de la cartelera mexicana de conciertos de Rock y Metal, sin embargo siempre había hecho falta una banda.
Desde 1992 BLACK SABBATH no había pisado territorio mexicano para tocar un concierto y nunca con Ozzy como frontman, ese día de 1992 lo hizo con Dio, algo que repitieron hasta 2008 solo que bajo el nombre de HEAVEN & HELL pero finalmente los números se alinearon y en la gira del disco 13 del año 13 del mes 13, BLACK SABBATH por primera vez en la historia se presentó de la mano de Ozzy en México.
La espera fue larga (5 meses y 6 días con boleto en mano) pero los conciertos mencionados ayudaron bastante a que el día llegara sin que la espera se volviera tortura, finalmente el sábado 26 de octubre después de días de mal clima en la ciudad de México y en el país, los cielos se despejaron y el frío y el calor pactaron para crear un maravilloso día de otoño, perfecto para salir al aire libre y escuchar metal en vivo en el estadio.
Además del clima en el lugar se respiraba un ambiente increíble, miles se reunieron y compartieron la grandiosa experiencia de BLACK SABBATH acompañados por MEGADETH a quienes mencionaré por aparte. Similar a lo que se vivió en los conciertos de METALLICA en 2009 o AC/DC por ejemplo, todo era fiesta por todas partes, encuentros, festejo, gritos, bromas y risas que se mantendrían hasta el final del concierto, toda una celebración.
El estadio estaba completamente abarrotado, a la hora de la hora era difícil moverse, desde abajo no podía apreciarse un solo hueco en las gradas. Ya no había entradas y según escuché mientras llegaba el precio en reventa por un boleto era de $3,000, no sé en qué zona.
Cuando el 99% de la gente se encontraba lista y en sus posiciones OZZY fue lo primero que se escuchó, antes de WARPIG, antes de cualquier rifft, baquetazo o cuerda, unos 5 minutos antes de que diera inicio el concierto, OZZY gritó algo que no recuerdo pero que hizo que todos nos emocionáramos. Esa actitud te daba una idea completa de lo que pasaría durante la noche.
Momentos después mientras ya sonaba War Pigs, después del intro con la sirena de ataque aéreo, todo en verdad me parecía un sueño, el sonido era tan claro y la vista tan despejada que el tiempo parecía alentarse y atorarse entre esos pesados engranes de riffts, el júbilo entre el público se comenzaba a incrementar y cuando War Pigs terminó, Ozzy, ante el recibimiento del público mexicano gritó “I LOVE YOU PEOPLE!“, se hincó y alabó a sus fieles.
Fue increíble.
Solo bombas, sin mucha alternativa el setlist se compuso de canciones históricas y emblemáticas acompañadas con la frescura (si de alguna forma se le puede decir así) de las mejores nuevas canciones de 13: Age Of Reason, God Is Dead y End of The Beginning.
Junto a esas novedades, canciones como Into The Void le dieron solidez al inicio. Ozzy hacía muchísimas cosas con el público, le indicaba aplaudir, mover las manos, levantarlas, gritar “hey” y también saltar. Y si Ozzy dice que saltes es porque es bueno y mientras tus pies lo permitan, saltar al mismo tiempo que él será de lo más divertido que podrás hacer en tu vida. Créanme.
La canción que le siguió fue aún mejor, más pesada y negra: Under The Sun / Every Day Comes And Goes. La única opción era el Headbanging, al principio no la reconocí pero sí lo hizo el veterano de rock, ese ente conocedor que permanece atento siempre al siguiente tono. Ahí estaban muchos y dio gusto verlos salir del subsuelo para esta ocasión, verlos ahí siempre me da la sensación de suceso, de que estoy presenciando algo histórico. Sabbath extendió el bloque inicial de canciones con Snow Blind, maravillosa.
Sobre el escenario entre dos hileras de luces verticales colocaron una amplia, brillantísima y flamante pantalla. Al centro, la batería apenas se elevaba unos 70 centímetros del piso y a los costados de la batería dos sencillos arreglos de bocinas con cruces completaban el escenario de BLACK SABBATH, un escenario elegante y soberbio.
Y ahora que menciono la elegancia: IOMMI. No hay músico en el metal con tanta clase, nivel y elegancia como la que nos maneja Tony Iommi, en el escenario se conduce con completa eminencia, sus movimientos parecen ser todos calculados, no se acelera, ni corre nunca pero es naturalmente fluido, avanza y retrocede cuando le corresponde y la guitarra se aferra a él cuando la canción exige un solo de guitarra. Podrá no decir una sola palabra pero un gesto basta para conectar con él. De Iommi es de agradecer cada solo de guitarra de su parte, su ejecución es sencillamente magistral, difícil haber visto o poder recordar los detalles de este concierto de manera fría pero no recuerdo nunca alguna clase de error o algo fuera de su lugar. En resumen, cada solo de Iommi era una bendición sonora.
Naturalmente eran las canciones más clásicas las más ovacionadas por parte de los fanáticos, Black Sabbath, Behind the Wall of Sleep y N.I.B. fueron parte de esas canciones.
La brillante pantalla del escenario era utilizada para acompañar a las canciones con imágenes y escenas contundentes, monjas enloquecidas, mujeres pecadoras, la policía, cruces, tanques de guerra y demás blasfemia psicodélica que en conjunto formaban un performance que seguramente asustó a varios casuales ahí presentes. O los asustó o los transformó.
Faries Wear Boots y Rat Salad pasaron, Faries Wear Boots fue de la noche uno de los momentos más alucinantes y probablemente el más psicodélico para algunos, Rat Salad fue un buen y merecido descanso para nuestro Osbourne, un descanso que para extenderlo entró el baterista Clufetos. El extraño. El temporal. La mosca del pastel de todo este suceso. Un no puro. Un mortal entre los dioses. El reemplazo de Bill Ward. A nadie le gustaba esto, culpa de Ward, culpa de Iommi, de Ozzy, ¿de Sharon? de quién sea pero nunca de él, él únicamente subió al escenario y despedazó a palazos su batería, a Clufetos le toco estar ahí y ejecutó un solo impresionante, inolvidable y hasta apasionado, tan impresionante como los solos de Portnoy, así resultó el remplazo. Digno y brutal.
Solos por todos lados: los solos de guitarra descendían del cielo (parecía), el de batería retumbaba desde abajo y el sólo de bajo también estuvo presente, Butler, el apasionado a los deportes quién durante su visita se encontraba enganchado en la Serie Mundial (Boston Red Sox vs St. Louis Cardinals) tuvo también su momento para lucir, así como todos, cada uno de ellos tuvieron un desempeño impresionante, enteramente profesional, llenos de concentración y precisos.
Después de que el solo de batería oficialmente terminó, un solo golpe permaneció firme “pum, pum, pum, pum, pum”, el golpe fue incrementando en fuerza pero mantenía la misma frecuencia, “PUM, PUM, PUM, PUM” hasta que la gente reconoció IRON MAN. Por supuesto con todo el público coreando “uooo oh uoohohohuououo uoh ohoh” fue esta una de las grandes canciones de la noche. “He is Iron Man” gritó Ozzy señalando a Iommi. God Is Dead?, Dirty Women y Children of the Grave cerraron ese bloque. Children Of The Grave estuvo impresionante, gigantesca e histórica, un sueño, la canción provocó convulsión en masa, sencillamente si no te hacía sacudir la cabeza sin parar (aunque no lo hicieras) no estabas entendiendo lo que sucedía. La canción me hizo desear quedarme a vivir en ese concierto, no para siempre pero sí mucho tiempo en toda esa convulsión, volando en ese precioso solo de guitarra y dando vueltas a la velocidad de esa trepidante batería. Por mucho pinche tiempo.
Ozzy nunca detuvo los elogios al público, es un hombre con muchísimo carisma que desde su primer “I LOVE YOU, PEOPLE” tuvo el control absoluto de su público y a diferencia de la forma en que se mueve o habla en situaciones comunes (como abrir un refrigerador por ejemplo) sobre el escenario es otro, rápido (con un corto rango), dinámico y su voz es aún grandiosa, salvo unos gallos al inicio del concierto el resto de la noche su voz fue absolutamente fenomenal, uno pudiera pensar en Ozzy como alguien medio muerto o lento, pero a sus 64 (sí, parece de muchos más) es aún un frontman muy particular que conserva su forma y que sigue siendo sin duda uno de los mejores de la historia. Nunca lo había visto en vivo y su presentación, su entrega a su banda y al público me hizo sencillamente feliz. Muy feliz.
Todas sus acciones en el escenario reflejan una creatividad monumental, lo que hacía parecía espontaneo, natural, para nada ensayado y sin embargo encajaba a la perfección con la idea y diseño del show, queda clara la importancia y el peso creativo de Ozzy en la Banda y no solo al revés y eso en esta presentación se reflejó por completo. En resumen Ozzy es Dio.
BLACK SABBATH puede ser el cielo o el infierno, de una canción opresora pasan a una celebración en la que levantas las manos y momentos después vuelves a estar condenado (doomed), cualquiera de sus encarnaciones tiene el mismo efecto en mí: ABSOLUTA FELICIDAD. Y el concierto cerró 100% con eso, la cervezas volaron, las matas rehiletearon con más fuerza, los brincos y los gritos eran todos hermosos, todo era una locura, es como haber visto una banda de simios saltar de locos y felices acompañados con el vertiginoso y nítido sonido de Paranoid, el perfecto cierre para el mejor concierto de metal de la década.
Ahora ya todo es un recuerdo, el anuncio de la reunión de la Banda, la separación de Bill, el anuncio de la gira, la preventa, los cinco meses de espera, la llegada al metro, la visita a los puestos, la entrada, la espera, Megadeth, los vasos de cerveza conmemorativos, el estadio lleno, los saltos, los solos de Iommi, Butler y Clufetos, la voz de Ozzy, todo es un recuerdo que ha quedado registrado en nuestras cabezas para toda la vida, ¿se repetirá? quizá no físicamente, pero en mi cabeza sí, todo el tiempo, por mucho tiempo y cada vez que escuche a Sabbath. Pero no queda ahí, en solo recuerdos, este fue un concierto de los que te cambian la vida, o te aparta del rock o te catapulta (con más fuerza) hacia sus profundidades, yo, hoy, después de este concierto quiero vivir más y escuchar más heavy metal, ver, probar, tocar y respirar heavy metal, muchísimo más y de tiempo completo, 24/7 hasta el final de los días porque hoy con BLACK SABBATH he vendido mi alma por Rock N Roll.